La pyme argentina desarrolló distintos molinos para la dispersión y molienda de pigmentos con los que compite en precio y calidad con los modelos chinos y estadounidenses. Con una inversión de 900 mil dólares busca crecer en Latinoamérica.
El molino MD2 LP es un producto que promete impulsar los mercados de fabricación de pinturas y tintas, agroindustrias y cosmética de Latinoamérica. Se trata de un molino de dispersión y molienda diseñado y fabricado por Llana, empresa argentina fabricante de pinturas y revestimientos, que ofrece las mejores prestaciones a un precio único en la región.
El molino en cuestión fue especialmente diseñado para el desarrollo y control de pinturas, siendo el aliado perfecto para el trabajo en laboratorio. Cuenta con un funcionamiento dual, ya que posee un dispositivo de dispersión y otro molino cesta, los cuales pueden ser intercambiados fácilmente con las manos, sin necesidad de herramientas. Incluye varios tamaños de cubas de molienda, que van desde los 350 a los 2.800 ml, lo que permite ser utilizado a escala laboratorio y piloto.
Productora Química Llana y Cia S.A es una empresa nacida hace 45 años en Beccar, provincia de Buenos Aires, líder en la fabricación de pinturas y revestimientos y que en los últimos años innovó en la producción de equipos de molienda de pigmentos. Llana lleva invertidos más de u$s 900.000 para el óptimo y eficiente desarrollo de sus molinos, la construcción de depósitos altamente equipados, la adquisición de equipos de producción y la capacitación de recursos humanos calificados.
“Nuestros molinos y dispersoras nacieron luego de evaluar alternativas en el mundo y encontrar que no había equipos que satisfagan nuestra exigencia de tiempos, así como tampoco la relación precio y calidad. Entonces nos desafiamos a fabricar nuestros propios equipos obteniendo excelentes resultados, por lo que comenzamos a ofrecerlos al mercado”, sintetiza el ingeniero Adrián Saa, director comercial de Llana, empresa responsable a través de su división Dolphin Equipments del desarrollo y la fabricación de MD2 LP.
Hoy, además del modelo de laboratorio MD2 LP —con un valor de venta de USD 6.500—, ofrecen el MD30 y el MD50, dos molinos de cesta para lotes mucho más grandes (de 200 a 600 litros y 500 a 1.200 litros, respectivamente), cuyos precios llegan a superar los 50 mil dólares.
“Nuestro objetivo es llevar los procesos y rendimientos a otro nivel, y para ello optimizamos al máximo los tiempos y los automatizamos, permitiendo alcanzar los mejores resultados en el menor tiempo. Además, acompañamos en el proceso y la puesta en marcha e invitamos a probar los equipos en nuestra planta para que comprueben los resultados antes de adquirirlos”, agrega Saa.
De Argentina al mundo
Llana comenzó a desarrollar sus molinos en 2012 y tras verificar los resultados en su propia producción de pintura, comenzaron a venderlos a otras empresas del sector en 2017.
Ahora, en 2021 exportaron su primer molino, el MD2 LP, su modelo de escala laboratorio y piloto. “Lo compró una empresa de pintura de Chile para hacer una prueba de laboratorio y en poco tiempo planean adquirir un molino grande”, afirma entusiasmado Saa y agrega que el diferencial de sus productos es que pueden competir en precio y calidad con los modelos chinos y estadounidenses.
“Inicialmente, la idea de desarrollar nuestros propios molinos era abastecer a nuestra empresa. Luego detectamos la necesidad del mercado local y logramos cerrar varias ventas, incluso en segmentos con los que no veníamos trabajando, como industrias agroquímicas (para el proceso de fabricación de fertilizantes) y del sector cosmético, esto nos abre un abanico de posibilidades y nos permite explorar nuevos nichos”, sostiene Saa.
“El plan de exportación tomó fuerza hace un año aproximadamente —agrega—, cuando notamos que las posibilidades eran reales luego de una investigación que arrojó certeza con respecto a nuestra calidad y competitividad en precio en el mercado sudamericano”. Ahora, el próximo paso de Llana es seguir creciendo en Chile y expandirse al resto de la región, llevando sus molinos a otros países de Sudamérica como Perú y Colombia, e incluso América Central y el Caribe.