Comunidad Real Estate - Entrevista a Flavio Galli, Grupo Tueroc

Entrevista a Flavio Galli, Grupo Tueroc

“En Argentina se favorece la renta en activos financieros y no a los que generan valor”.

Flavio Galli, Fundador y CEO de Grupo Tueroc, tiene casi 30 años de experiencia en el mercado inmobiliario. Conocedor del rubro como pocos, el desarrollador nos cuenta sus inicios, el presente de su compañía y cómo ve el panorama para el gobierno que acaba de asumir.

 

¿Cuánto hace que trabajás en el mercado inmobiliario?

FG: Fundamos el Grupo Tueroc en noviembre de 1992. Durante los primeros diez años prestamos servicios de ingeniería y construcción al mercado corporativo. En aquel tiempo trabajamos con empresas como Shell, Loma Negra, Cervecería y Maltería Quilmes, Telecom, Supermercados Norte y Carrefour, entre otros.

Luego de la crisis del 2001, puntualmente a partir de 2002, iniciamos una nueva etapa cambiando el modelo de negocio, aprovechando nuestra vasta experiencia en el mercado de la construcción y el buen nombre que tenía la empresa. Así nos convertimos en Desarrolladores Inmobiliarios y, desde el inicio, nos propusimos participar activamente en todas las etapas, desde la selección de la tierra, el fondeo, el desarrollo de producto, la arquitectura, la construcción y la post venta.

 

¿Cómo fue esa transición de empresa de servicios de ingeniería a desarrolladora inmobiliaria?

FG: Desde sus inicios Tueroc tuvieron muchas puertas adentro, en Plantas Industriales, Supermercados, Salud, entre otros rubros. Ya para principios de los 2000 teníamos ejecutados más de 200 obras entre ellas algunas de mucha importancia como la Refinería Shell (Dock Sud), la Cervecería Quilmes (Planta Quilmes) y la Planta Zárate, donde hicimos la fábrica para la elaboración de la cerveza Heineken durante el proceso de fusión de ambas compañías. Además, trabajamos en obras para PSA Peugeot Argentina en su Planta de Palomar y para Unilever en Tortuguitas.

También participamos en el proceso de instalación y crecimiento que tuvo Telecom en la década del 1990, donde hicimos oficinas de atención al público, call centers, oficinas de trabajo de su personal y hasta un showroom que hubo en una época en la calle Santa Fe casi Rodriguez Peña.

Siendo proveedores de Supermercados Norte, fuimos a una de las empresas contratadas para realizar el cambio de imagen y el diseño cuando fueron comprados por Carrefour. En el mismo rubro, cuando llegó a la Argentina el supermercado de descuento Leader Price, se nos contrató para ejecutar más de 12 supermercados, todos debían realzarse en un plazo no mayor a 120 días.

Tuvimos una participación muy activa también en el área de Salud, prestando servicios a CEMIC, Clínica Del Sol y Clínica Bazterrica.

En nuestra etapa como desarroladores y llevamos ejecutados más de 50 emprendimientos y actualmente estamos ejecutando adelante 5 desarrollos más. La verdad es que no hay parámetros de desarrollo y para el año 2020 tenemos previsto dar inicio a 3 proyectos nuevos.

 

¿Es difícil ser difícil inmobiliario en Argentina? ¿Cuáles son las ventajas y las desventajas?

FG: Es interesante la pregunta porque cuando los desarrolladores viajamos a otros países más avanzados vemos que el mercado crece fundamentalmente sobre la base del apalancamiento bancario. Esto pareciera ser una gran ventaja y de hecho lo es, pero también es cierto que en Estados Unidos cuando ocurrió la crisis de Lehman brothers en septiembre de 2008, y el mercado se paralizó, la reactivación vino por parte de la inyección de capitales brasileros, argentinos y venezolanos, en Miami fundamentalmente. Fue un periodo de florecimiento con dinero genuino aportado por inversores extranjeros sin la necesidad de participación de los bancos.

Creo que ahí radica la mayor diferencia: en Argentina no existe el crédito. Las pocas veces que se han otorgado créditos han sido a tasas muy altas, que terminan siendo tentadoras porque son la mitad de lo que habitualmente nos ofrecen, pero no porque sean bajas o nos permitan desarrollar un modelo de negocios favorecido por la participación de los bancos en forma activa. El contexto macroeconómico y la cantidad de escollos municipales que debemos sortear como desarrolladores es también otra de las grandes desventajas.

A favor veo que, por la situación de Argentina, hemos ido adquiriendo con el tiempo una gran dinámica y experiencia en el manejo de obra, porque a los proyectos hay que terminarlos lo más pronto posible para estar dentro del ciclo positivo y no alejarse de los números del negocio que deriven en un eventual fracaso.

También creo que, al ser nosotros quienes conducimos los emprendimientos, vamos adquiriendo herramientas que nos van fortaleciendo en áreas como finanzas, marketing y estructuras legales, pues el sentido de urgencia luego de haber seleccionado la tierra juega un rol clave en las planificaciones para solicitarles a los especialistas como queremos que se hagan las cosas.

 

¿Qué esperas de 2020? ¿Cuáles pensás que serán los principales desafíos a resolver (en relación al sector) para el nuevo presidente?

FG: Siempre tratamos de ser optimistas y poner nuestra mejor cara esperando la llegada de un nuevo Gobierno. Pero, para ser sincero, no veo un horizonte muy bueno para nuestra industria y para el resto tampoco.

El acceso al crédito a tasas acorde al poder adquisitivo siempre es lo más esperado pero muy pocas veces se ha dado. También creo que hay soluciones rápidas que con voluntad política podrían llegar a ser un gran motor para la economía, que está planchada. Por eso, me parece que hay que replicar modelos exitosos. No se necesita ser muy creativo para ello, solo hace falta que quienes nos gobiernan se junten más allá de las banderas políticas y generen políticas de Estado a largo plazo.

Considero que promover incentivos fiscales puede ser algo de fácil implementación. Cuando hay bajas en los impuestos está demostrado que las inversiones vienen. El Distrito Tecnológico de Parque Patricios es una clara demostración de eso. Más de 300 empresas instaladas en el barrio y cerca de 30.000 personas que circulan todos los días por allí, y las inversiones siguen.

Otra opción es la de incentivar la inversión productiva bajando los impuestos a quienes reinvierten y generan empleo. En Argentina se favorece la renta en activos financieros y no a los que generan valor.

Podemos crear polos en otras áreas (textiles, alimenticias, etc.), por zonas geográficas, estudiando las ventajas competitivas de cada región, en todo el país. Esto ayuda mucho a todos, porque el acceso a la vivienda se logra con créditos con tarifas razonables, pero también reduce el poder adquisitivo de la gente y si no hay empleo esto es imposible.

Ojalá este gobierno permite de una vez por todas la generación de políticas que pueden permitir el desarrollo de las Pymes que son el motor de la economía del mundo desarrollado.



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