Piel verde: un pulmón vertical para la ciudad

Cada vez se ven más los jardines verticales en las fachadas de edificios, locales comerciales, en balcones y hasta en halls de entrada. Te contamos algunos tips para saber más sobre esta nueva tendencia.

En una ciudad como Buenos Aires o cualquier otra del mundo, no es novedad que se necesita cada vez más espacios verdes que ayuden a combatir la contaminación del aire. Pero ¿cómo lograrlo si no cabe un alfiler?

Pensando en hacer un aporte a la solución de este problema se pensaron las pieles verdes o jardines verticales que nos permiten tener todos los beneficios de las plantas sin ocupar espacio. Si bien no es una solución a la falta de espacios verdes en la ciudad, sí contribuye a purificar aunque sea un poco más el aire. Te contamos algunos tips para tener en cuenta:

• Las pieles verdes o jardines verticales se ubican por delante de las fachadas en unas carpinterías metálicas especiales e impermeabilizadas.

• Al actuar como filtro entre el edificio y el sol reducen la absorción del calor del cemento.

• Cumplen una función estética porque le otorga una apariencia alegre, fresca y natural a las fachadas transformando al edificio en un jardín vertical.

• La vegetación le da un aspecto cambiante al frente durante las diferentes estaciones del año.

• Es importante que las plantas se encuentren contenidas dentro de un macetero impermeabilizado para evitar la humedad en el cemento.

• En cuanto a los insectos, no reciben otro tratamiento que el de cualquier jardín.

Un ejemplo de la buena utilización de la piel verde son los edificios Loft en Pilar, desarrollados por Ayres. Mediante un sistema de tensores y canteros sobre la fachada se logra una barrera de contención con plantas en los balcones y sobre los muros. Esto disminuye la incidencia de la radiación solar actuando como parasoles naturales y a su vez reduce el consumo de energía eléctrica hasta un 35% en verano.

En las fachadas utilizaron plantas perennes, es decir, que se mantienen todo el año para aprovechar la variación de colores que brinda las estaciones. 

Con estas múltiples ventajas, los jardines verticales van ganando terreno en el paisajismo urbano. Cuantos más metros sumemos, contribuiremos a reducir la contaminación de nuestra Buenos Aires querida y podremos respirar un aire un poco más limpio.